La Copa Libertadores es el mejor torneo a nivel de clubes de Sudamérica, en sus inicios solamente los campeones locales podían clasificar a la misma. Luego de algunos años con la conformación de nuevos torneos en (apertura y clausura) los dos campeones clasificaban y en el sorteo no aparecían los clubes si no los países ya que cada uno contaba con dos representantes.
Pero en cada nación hubo y hay distintas particularidades con respecto a los torneos locales por ejemplo en Uruguay desde hace muchos años a final de temporada se utiliza la conocida Liguilla pre Libertadores o en el caso de Brasil el campeón de la Copa de Brasil tiene asegurado un boleto para el certamen continental.
En este momento nos enfocaremos en un caso histórico que sucedió en Brasil, como se dijo anteriormente el campeón de la Copa de Brasil clasifica a la Copa Libertadores, en este torneo juegan equipos de todas las categorías del país, la clasificación la da la posición obtenida en el campeonato Estadual en la nación pentacampeona del mundo hay 24 campeonatos estaduales. Los más fuertes son Paulista, Carioca, Gaucho y Minas.
Pero en 1991 un equipo relativamente joven de una ciudad del sur del país del estado de Santa Catarina llamado Criciúma Esporte Clube, dio la sorpresa en la Copa Nacional al coronarse campeón del certamen de 1991, el artífice de semejante logro fue su director técnico Luis Felipe Scolari.
Aquí nace la etapa más rica de la historia de este humilde club que hoy en día milita en la segunda división de Brasil porque por derecho deportivo le toca jugar la edición del año 1992 de la Copa Libertadores, el dato a destacar es que fue el primer conjunto en la historia de la Copa que jugó estando en la segunda categoría. Años más adelante jugaron el torneo continental estando en la B Juventude y Sao Caetano.
En el grupo a los equipos brasileros le toco jugar contra los dos campeones Bolivianos que en ese entonces eran el Bolívar de La Paz y San José, a estos dos se le suma el histórico Sao Pablo.
La gesta en la Copa del Criciúma fue muy buena a tal punto que el equipo se coloco en la primera posición del grupo dejando en segundo lugar al otro combinado de su país. En octavos de final le toco enfrentar al conjunto peruano Sporting Cristal el cual también pudo superarlo para llegar a los cuartos de final donde nuevamente tendría que enfrentar a Sao Pablo ya que una de las reglas de la Copa es que se enfrenten entre sí conjuntos de la misma nacionalidad se hubiese en esa instancia.
En el enfrentamiento de ida los paulista lograron ganar por uno a cero, dejando la llave abierta ya que con el mismo marcador los catarinenses estirarían la serie e irían a los penales. Los sureños arrancaron ganando el partido lo cual se estaba convirtiendo en una hazaña pero los paulista con gol del histórico Raí lograron empatar y asi finalizar con la ilusión del pequeño equipo del sur de Brasil.
Este acontecimiento es todavía recordado en su país y en muchos lugares del continente, la gran Copa disputada por Sao Caetano fue comparada en su momento con la Copa de 92 realizada por el tigre (como se lo conoce en su país al Criciúma).
