viernes, 20 de julio de 2012

Campeones Morales

En los Juegos Olímpicos de 1936, Berlín se transformaría en el escenario que marcaría el debut de la selección de fútbol de Perú en las Olimpiadas. Por ese entonces el mundo estaba teniendo sucesos políticos que marcarían los años venideros, y también la suerte del representativo peruano en los juegos.
En un contexto mundial marcado por el nazismo, Alemania obtuvo el beneficio de lograr la sede y Berlín, su capital, quería estar a la altura de los acontecimientos  demostrando que la “raza aria” que Adolf Hitler pensaba superior podía, en estos juegos, evidenciar tal supremacía.
Pero no toda la fiesta saldría como los alemanes pretendían ya que en primera instancia el corredor afroamericano Jesse Owens obtendría cuatro medallas de oro en las disciplinas de 100 m., 200 m., en salto y en posta 4x100, erigiéndose de este modo como el gran deportista de Berlín y propinándole el primer cachetazo al régimen nazi.
Además de Owens, la selección de fútbol de Perú también haría lo suyo, consumando un buen desempeño, por el cual se los conoció como los campeones morales de 1936.
Lo que sucedió en el fútbol fue insólito y hasta el día de hoy no hay explicaciones claras sobre ese acontecimiento. Perú llegó a los cuartos de final, instancia en la que le tocó enfrentarse al combinado de Austria (país que tenía mucha relación con Alemania, tanto política, como económicamente).
En ese cotejo, por demás controvertido, la selección de América del Sur se impuso ante la europea por 4 tantos contra 2, en un tiempo extra donde además el árbitro invalido tres goles. Sin embargo, y a pesar del claro triunfo que le hacía a Perú pensar en su choque de semifinal, al día siguiente los austriacos protestaron y exigieron una revancha, aduciendo que aficionados peruanos invadieron la cancha y agredieron a un jugador austriaco.
Algunos afirman que esto nunca pasó y que todo nace de la nacionalidad austriaca de Hitler quien se mostró indignado ante el resultado del primer partido.
Notificado de esta situación, Perú trató de ir a la reunión asignada, pero se retrasaron por un desfile alemán, y al final, la defensa peruana nunca fue escuchada, por lo que el Comité Olímpico favoreció a los austriacos programando la revancha.
Cuando el COI decide repetir el encuentro a puertas cerradas la selección de Perú en son de protesta no se presentó y finalmente se le dio por ganado al conjunto europeo.
Por este acontecimiento, recordado hasta estos días, se lo conmemora a Perú como el campeón moral de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936.