Aquel equipo, liderado por el escoses Matt Busby, quien asumió la
dirección técnica a principios de la década de los ‘50, se hizo de un
título de liga después de 41 años de sequía y, además, llevó a la
renovación de su plantilla que en 1956 llegando a tener un promedio de
edad de 21 años.
El conjunto contaba entre sus líneas con el joven Duncan Edwards, una
de las promesas más importantes de todos los tiempos del fútbol
británico, del que Busby decía que “si tuviera que jugarme la vida en un
partido y llevar a alguien conmigo, elegiría a Duncan Edwards”.
Pero Duncan no era el único que sobresalía en un grupo plagado de
jóvenes promesas donde también se destacaban jugadores como Bobby
Charlton, que luego se convertiría en una leyenda del fútbol inglés y
del Manchester, ya que sería el capitán de la selección de Inglaterra
que se coronaría en el Mundial de 1966. Charlton alguna vez también se
había detenido en elogios hacia su compañero señalando que “era bueno
con la derecha, bueno con la izquierda, con un extraordinario remate de
cabeza y muy sólido en defensa. Era capaz de ponerte un balón a sesenta
metros de distancia”.
Sin embargo, el 6 de febrero del ‘58, la vida y obra del prometedor
Duncan Edwars se esfumaría, al igual que la de algunos de sus
compañeros. Ese día, que todos recordaran por estar envuelto en la
tragedia, el United venía de disputar los cuartos de final de la Copa de
Europa ante el Estrella Roja de Belgrado, cuando obligadamente tuvo que
hacer escala en Munich para cargar combustible.
La mañana alemana se vestía de un viento que dificultaba la
visibilidad, y el hielo recubriendo la pista dibujaban un escenario poco
propicio para reanudar el viaje. Como si fuera poco, a la inestabilidad
climática, se le sumó el intento de poder despegar que terminó siendo
nulo por problemas con la aeronave. En el ambiente se comenzaba a
presagiar un posible final.
Pasadas las tres de la tarde y después de probar una vez más,
finalmente el charter logró partir, pero una vez en el aire y sin llegar
a alcanzar la altura necesaria el avión que trasladaba a una delegación
conformada por jugadores, entrenadores, dirigentes, familiares y
periodistas, terminó estrellándose en cercanías al aeropuerto.
El terrible accidente se llevó consigo la vida de 23 personas, entre
ellas la de los jugadores Geoff Bent, Roger Byrne, Eddie Colman, Mark
Jones, David Pegg, Tommy Taylor, Billy Whelan, y el talentoso Duncan
Edwards, quien a pesar de luchar por su vida durante quince días, las
heridas de la catástrofe terminaron por consumar su muerte.
Tras conquistar dos ligas consecutivas en su tierra (1956-1957), el
Manchester se había preparado para pelearle la supremacía de Europa al
Milán y al Real Madrid, pero la tragedia postergaría la búsqueda de
conquistas hasta finales de la década del sesenta cuando al cumplirse
diez años del accidente el United, liderado todavía por el sobreviviente
Matt Busby, conquistaría la Copa de Europa, dando inicio a una historia
llena de títulos, llegando a convertirse en la actualidad en el equipo
más ganador de Inglaterra.
http://www.perio.unlp.edu.ar/ciclopmasd/?q=node/274
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